El largometraje "FLOW" dirigido por David Martinez: un coctel prodigioso.

Juan del Santo en el papel de Walter Mann

"FLOW”, el primer largo de David Martínez como director y de Juan del Santo como protagonista es, sin duda, una gran noticia para el cine. Una película diferente, con la imprescindible cualidad de las buenas películas de atrapar al espectador, y con el arriesgado planteamiento de hacerlo utilizando sencillos mimbres. Es, como bien definen sus autores, “un film de acción interior", un thriller emocional sobre el viaje a las entrañas, el viaje de las sombras a la luz de su protagonista, Walter Mann, un actor que ve derrumbarse todo su mundo cuando está a punto de conseguir el éxito profesional.

Exteriores en Guadalajara

Una increíble tensión narrativa , la fuerza de la interpretación y una fotografía “de cine”, nos llevan en volandas a lo largo del metraje, hasta que de pronto estamos leyendo hipnotizados los títulos de crédito.

Llegados a éste punto, los pormenores del sorprendentemente modesto presupuesto y el escaso tiempo de rodaje, no son más que anécdotas, historias tras las bambalinas, detalles que no quitan ni añaden valor a Flow, pero que nos dan idea de las dificultades que habrán pasado los autores para realizar el proyecto.

Rodaje.David Martinez en primer término

David Martínez se nos muestra como un impresionante director, capaz de contarnos la historia con maestría. Resulta sorprendente que sea éste su primer largo. El oficio adquirido en su amplio bagaje como ayudante de dirección no lo explica por sí solo, parece llevar ya dos docenas de rodajes a sus espaldas. Ha nacido un director de culto, capaz de realizar un cine profundo y al que no dudamos en etiquetar como creador de clásicos.

 

Juan del Santo esta soberbio en su papel de Walter Mann. Y tiene que estarlo porque la película es casi un monólogo suyo de principio a fin. Soporta el peso de toda la acción dramática durante toda la película. Una prueba brutal para cualquier actor. Prueba que afronta con valentía y que supera con sobresaliente, mostrándose como un imponente actor de carácter, capaz de ponernos la carne de gallina con la intensidad de su interpretación.

Y como tercer ingrediente, la dirección de fotografía de José Martín Rosete, que ha sabido encontrar la luz, la atmósfera que se precisaba en cada momento. No en vano no para de conseguir éxitos profesionales que le distinguen como un firme valor de presente y futuro.

Animación por C.Riobóo

Y para remate, la guinda y la angostura: el estupendo trabajo de animación llevado a cabo por Coke Riobóo, que aporta una pequeña pero deliciosa colaboración, y la magnífica banda sonora de Alberto Torres, que tan bien ha sabido captar el tono requerido. Señores y señoras, el magnífico cóctel está servido.

DavidMartínez y Juan del Santo han colaborado estrechamente para llevarlo a cabo. Juntos han elaborado el guión y juntos lo han producido. Y lo han hecho, seguro, con la misma pasión que la película transmite por el cine, por el teatro, por la escena como medio para contar historias. Cuidando cada detalle con el cariño del buen artesano, cada secuencia con la intensidad del artista, dando como resultado esta película de bellísima factura, una obra "redonda", una rara avis que consigue trascender para convertirse en una pequeña pieza de arte.

En fin una gran película, de una excelente y muy cuidada factura, que si tenéis oportunidad no deberíais dejar de ver. Esperemos que en la aventura de la distribución esta joya sea accesible al mayor número de personas posible.

Os dejamos el trailer para que lo disfrutéis:



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